viernes, 26 de enero de 2007

la naranja mecanica basada en la novela de Anthony Burgess


En 1962 se publicó en Inglaterra una novela que se convirtió en objeto de culto entre las vanguardias "pop" de Londres en aquella época, pero cuya fama mundial llegaría una década más tarde, al ser llevada al cine. Se llamaba La naranja mecánica; su autor, Anthony Burgess, la había escrito el año anterior junto a otras cuatro novelas, en un frenesí creativo originado por la creencia de que padecía un tumor cerebral, y debía dejar antes de morir una producción que le asegurase a su mujer algún dinero en concepto de derechos de autor. Así puede explicarse el tono casi teológico, del libro, una disertación sobre el libre albedrío (tema muy grato a los autores católicos), la forma como es alterado por el estado, la caída del ser humano y su posterior redención.El tratamiento de tan espinosas cuestiones morales lo narró Burgess mediante la historia de un adolescente de 14 años, llamado Alex DeLarge, que campa a sus anchas por la ciudad con un grupo de "colegas", robando, violando y asesinando a quien se le antoja. Será por fin detenido por la policía y sometido a un tratamiento de "condicionamiento" contra la violencia, que le hará sentir náuseas por todo lo que recuerde a su actividad anterior, hasta el punto de incapacitarle para repetirla. Pero con ello ha perdido la capacidad de decisión, el libre albedrío, el condicionamiento ha hecho de él una máquina, y el mensaje de Burgess es que este remedio es peor que la enfermedad, que el privar al ser humano de su libertad de elección entre el bien y el mal es mucho más terrible que el mal que pudiera elegir. Un tema este que viene de muy antiguo, de cuando los teólogos discutían el problema del Mal en el mundo: ¿Cómo Dios, si es infinitamente bueno, permite la existencia del Mal? La respuesta habitual que se le daba era: Si no lo permitiera sería arrancando la libertad de decisión humana, y eso sería una tragedia mucho mayor que las desgracias que conlleva hacer uso de esa libertad; algo que suele expresarse diciendo que vivimos en "el mejor de los mundos posibles".Para que su novela pareciera hablar al lector de cualquier época sobre un posible futuro a no muy largo plazo, Burgess pensó en utilizar un lenguaje que con paso del tiempo no sonara envejecido. De ahí la primera característica que llama la atención de la obra, el uso de una jerga especial que suena a "futurista", bautizada como "nadsat". Un individuo era un "cheloveco", una chica era una "debochka" o una "ptitsa", los amigos de Alex eran sus "drugos"; la cabeza era la "golova", la voz era la "golosa", "rota" era boca, "ruca", mano y "noga", pierna; los policías eran "militsos", el sacerdote era "chaplino" y "Bogo" era Dios. La propia palabra "nasdat" significa "adolescente". Burgess, que conocía media docena de lenguas, se basó principalmente en el ruso para crear esta terminología (hay excepciones, como "golova" que en el original es "gulliver", por el libro de Swift), llegando a decir que la lectura ordenada de su libro equivale a un curso de ruso cuidadosamente programado.Una vez publicada la novela, Burgess se enteró de que el supuesto tumor era en realidad una falsa alarma, y tendió a contemplar su libro como una "obra de encargo"; no le importó que, a petición del editor, se quitara el último capítulo, un "final feliz" donde Alex se reinserta en la sociedad y elige libremente el bien. Esta supresión tendría su importancia diez años más tarde, al rodarse la película, pues con ese final no se habría visto en ella una apología del crimen. De momento, la novela, tal y como quedó, se convirtió en un punto de referencia de la cultura "pop" de la época: hubo incluso un proyecto de llevarla el cine con el rockero Mick Jagger en el papel protagonista, que se frustró por falta de tiempo libre del líder de los Rolling Stones. Otro rockero, Elvis Costello, coleccionaba ejemplares de la primera edición del libro y el batería de los Sex Pistols, Paul Cook, llegó a decir que uno de los dos libros que había leído en su vida era La naranja mecánica.

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